Ante el alza de los precios, el Gobierno ajusta los números antes de anunciar, este mes, la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. El nuevo piso estará entre los $175.000 y $185.000.
La idea es mantener el beneficio a las 1,3 millones de personas que ya se vieron favorecidas con la suba del mínimo no imponible de Ganancias a $150.000 brutos (o $124.000 de bolsillo). Además se busca que la inflación no licue el efecto del proyecto que impulsaron el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, y el diputado Máximo Kirchner y que el tributo siga afectando sólo a un 10% de los asalariados. Todo apunta que los cambios alcancen a los salarios desde las liquidaciones de septiembre.
Desde el envío del proyecto hasta ahora la inflación superó el 50% en términos interanuales y las paritarias que está posicionando a los convenios en torno al 45%.
La modificación que hará el Poder Ejecutivo mediante un decreto ya estaba prevista en la ley que se votó en abril e impulsó Massa. Desde el año que viene las actualizaciones se harán de manera automática y de acuerdo al avance de los salarios según la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE).
Con el alivio fiscal, más de un millón de asalariados dejaron de tributar y se volvió a un esquema similar al de 2015, cuando un 10% de los trabajadores estaban alcanzados.
"Es un tema puramente electoral: El mínimo no imponible debería ajustarse permanentemente por inflación porque lo que representa es los gastos mínimos requeridos para subsistir que bajo ningún punto de vista puede ser considerada una ganancia. En la Argentina esta definición a los políticos se les olvida los años pares y lo recuerdan los impares, casualmente con el calendario electoral", señaló a El Cronista Iván Sasovsky, CEO y fundador de Sasovsky y Asociados.